Mallas Antiheladas: La Guía Definitiva para Proteger tus Cultivos

• El desafío climático: Comienza describiendo el problema que enfrentan los agricultores: el cambio climático, las heladas inesperadas y los eventos extremos que amenazan las cosechas.

• La solución protectora: Introduce la malla antihelada como una innovación clave. Explica que no es solo un material, sino una herramienta de agricultura de precisión que permite a los productores tener un mayor control sobre su entorno de cultivo.

• Principio de funcionamiento: Explica de manera sencilla cómo funciona. Menciona que la malla crea una barrera de aire aislante, similar a un invernadero, que mantiene el calor liberado por el suelo durante la noche y protege a las plantas de las bajas temperaturas.

Las mallas antiheladas no son solo para las heladas. Sus beneficios se extienden a lo largo de todo el ciclo de cultivo.

Protección multifuncional:

• Contra el granizo y la lluvia intensa: Las mallas, especialmente las de mayor gramaje, actúan como un escudo físico que minimiza el daño por impacto directo en hojas y frutos.
• Control de plagas e insectos: La barrera física reduce la entrada de insectos dañinos, lo que disminuye la necesidad de usar pesticidas. Esto es ideal para una agricultura más ecológica.
• Reducción del estrés hídrico: Al disminuir la evaporación del suelo, ayudan a mantener la humedad, lo que se traduce en un menor consumo de agua de riego.
• Protección solar: Evitan las quemaduras en las hojas y frutos causadas por una exposición excesiva al sol, lo que es crucial en climas muy cálidos.
  
  

No todas las mallas son iguales. Este es un punto crucial para que los lectores tomen una decisión informada.

• Por gramaje (densidad):

  • Gramaje bajo (17-19 g/m²): Ideal para heladas ligeras y protección contra insectos pequeños. Son ligeras y permiten una gran transmisión de luz. Perfectas para hortalizas y plantas jóvenes.

  • Gramaje medio (23-30 g/m²): Ofrecen mayor protección contra heladas moderadas y granizo. Son más resistentes y se usan comúnmente en cultivos de valor como frutales.

  • Gramaje alto (más de 30 g/m²): Usadas en zonas de heladas severas. Suelen ser más densas y duraderas, aunque pueden reducir ligeramente la entrada de luz.

• Por material y composición:

  • Tejido de polipropileno: Es el material más común, duradero, ligero y resistente a la radiación UV.

  • Mallas no tejidas (geotextiles): Cuentan con una estructura porosa que permite el paso del aire y el agua, pero retiene el calor.

Cuando el AGRIBON® logra cubrir las plantas durante estas fases críticas del desarrollo. Generalmente exactamente cuando la planta está empezando a crecer, recién trasplantada o sembrada. Se logra adelantar la primer cosecha semanas antes de que los otros horticultores entren al mercado, buscando compradores. Como todos sabemos. Llegar al mercado con al principio de la temporada; puede significar conseguir un precio 4 o más veces mayor, que cuando todo mundo llega con frutos para vender.

• Material Térmico.
• Material Permeable al agua y aire.
• Durable, Reutilizable, Ecológico.
• 100% Reciclable.
• Contamos con Servicio de Corte a la Medida en Rollos.

Es una tela no-tejida de polipropileno fabricada con filamentos de polipropileno en un proceso denominado Spunbond (hilado-bondeado) que es ampliamente utilizada en los campos agrícolas, esta malla es permeable completamente al agua y al aire, protegiendo a los cultivos de daños por la acción del viento, lluvias fuertes, granizo, plagas y enfermedades.

Protección de Cultivos de bajas temperaturas y plagas, Protección hortalizas y árboles, Protección Antimaleza.

Su permeabilidad a la luz del sol es superior a un 90%, siendo óptima para un desarrollo uniforme creando un micro-clima que favorece la precocidad de las cosechas, además permite un muy buen grado de aireación para promover la polinización.

La malla puede usarse de dos maneras diferentes, en cultivos a cielo abierto o en invernaderos y para proteger plantas de las bajas temperaturas hasta -5°C. Cuando se coloca el textil después de la siembra, debe de dejarse un espacio suficiente para el crecimiento y desarrollo de la planta.
Los no-tejidos pueden dejarse junto con la planta hasta el tiempo de cosecha; una vez que se retira, la malla debe limpiarse, enrollarse y guardarse en un lugar de almacenaje oscuro hasta su próximo uso.

La Tela Antiheladas, conocida también como Malla Antiheladas o manta térmica para plantas, es un velo que protege los cultivos de las condiciones climatológicas adversas, como el frío, la escarcha, el hielo y la nieve.

Las mallas antiheladas se pueden diferenciar por su tipo de densidad o gramaje. Cuanto mayor sea este, mayor protección tendrá ante las condiciones climáticas adversas.

A la hora de escoger un tipo de malla antiheladas u otro deberás pensar en  cuáles son tus necesidades.

Analiza si donde vives los inviernos son fríos, si se producen heladas de forma recurrente (suaves o fuertes) o el nivel de sensibilidad de tus plantas o cultivos a las bajas temperaturas. En función de tus conclusiones, deberás escoger mallas con un mayor o menor gramaje.

Las mallas antiheladas son mucho más que una simple capa protectora; representan una herramienta esencial para la agricultura moderna. En un clima cada vez más impredecible, esta tecnología ofrece una solución eficaz y económica para mitigar los riesgos y asegurar la producción.

Al proteger los cultivos no solo de las heladas y el granizo, sino también de plagas, la radiación solar excesiva y la pérdida de humedad, las mallas permiten a los agricultores y jardineros ejercer un mayor control sobre su entorno de cultivo. Esto se traduce en una mayor calidad y rendimiento de la cosecha, además de una reducción significativa en el uso de agua y pesticidas.

En resumen, la malla antihelada es una inversión inteligente y sostenible. Es la clave para lograr una agricultura más resiliente, rentable y respetuosa con el medio ambiente, garantizando la seguridad alimentaria frente a los desafíos del futuro.